martes, 25 de noviembre de 2008

Un agradable paseo

Sujeto el paquete entre mis brazos, es pesado, cuadrado y marrón. Al lado mío una señora con bolsas de un supermercado respira agobiada por la cantidad de gente que hay en el autobús. Está gorda, su aspecto me repugna y miro hacia la ventana para evitar que tan siquiera me observe. Al otro lado de la ventana una madre pasea a su hijo en su carrito, mientras habla con su amiga 10 años más joven que ella. Como es posible que alguien sienta tan poco respeto por la vida de su hijo, al tenerlo tan joven y al no saber cuidar de él.
Pienso que todos los que me rodean son inferiores a mí, en cierto modo, no lo pienso, lo creo. Aquel chico tiene tanto acne en la cara que ni tan siquiera puedo mirarlo sin querer vomitar encima de él, para dejarle la cara más limpia de lo que la tiene ahora. Aquella otra, no para de moverse de una forma que me causa, a la vez risa y a la vez vergüenza ajena. El señor del periódico lee entusiasmado, o al menos eso hace entender, ya que sin duda alguna ninguno de sus gestos me hace creer que sabe lo que esta leyendo, pobre ingenuo. No merece la pena hablar del pobre desgraciado que esta detrás de mí, huele mal, viste mal y por si fuera poco, se expresa mal. Siento compasión de la chica que se sienta a su lado, parece simpática, el único problema que tiene es que para poder mirarla a la cara, antes tendrían que rajarme los ojos con una navaja, como a la mujer del corto de Luis Buñuel y Salvador Dalí, “Un perro andaluz”. Al menos, el conductor parece de lo más apacible, ya que aplaca a la gente con fuerza y simpatía, sinceramente lo admiro, me gustaría ser como él, solo en ese aspecto, ya que imagino que su vida debe ser realmente mala para que su trabajo sea tan importante para él.
Odio a la gente que paga con monedas, lo único que hacen es retrasar más aún el viaje, y lo que es tan importante, ¿por qué diablos corren tanto antes de subirse al autobús?, si luego se quedan las últimas para pagar en efectivo. El tráfico, otro penoso desastre de la humanidad, nervios, furia y descontrol, por eso yo siempre cojo el transporte urbano. El nerviosismo es diferente al del coche, en cierto modo, se comparte entre la gente y siempre puedo discutir inútilmente con otro individuo menos capacitado que yo sobre las maneras y conductas de todo personaje ajeno a nuestro mundo dentro del autobús.
Por fin mi parada, ya solo queda andar unos cuantos metros para desaparecer lejos de ese infierno ambulante. ¡Vaya!, olvidé mi paquete debajo del asiento, bueno... en realidad no lo olvidé, lo deje ahí a propósito. ¿Por qué?. Pues porque es una buena forma de asesinar a decenas de personas sin usar un solo músculo.

- TIC, TAC, TIC, TAC... ¡BOOM!


viernes, 21 de noviembre de 2008

Vol.4

Frente a mí, uno de los edificios más respetados y odiados de la ciudad, la comisaría. Al otro lado de los muros, una posible respuesta a la llamada de aquella agente que me dijo que ella, había desaparecido. Subo las escaleras despacio, intentando controlar mis nervios, durante toda mi vida me había resultado bastante fácil, pero en aquel momento me era prácticamente imposible.

- Hola, soy el señor Moreno. La agente Camacho me llamó hace apenas una hora para informarme de la desaparición de una buena amiga mía. ¿Sabe de lo que estoy hablando?. Dije algo nervioso.
- Claro. Yo misma soy esa tal “agente Camacho” de la que usted habla, ¿me deja su documento de identidad?, por favor. Dijo sonriendo.
- Por supuesto, aquí tiene. Le dije mientras le daba el DNI.
- Puede sentarse justo ahí si lo desea, enseguida vendrá el sargento Santiago.

Eran los sillones más incómodos en los que había depositado mi cuerpo, nunca antes había deseado con tanta fuerza que alguien viniera para poder levantarme. El vestíbulo era grandísimo, muy espacioso, había gran cantidad de gente, todas ellas con cara de susto y respeto a la vez, es increíble lo que solo el significado de la palabra “policía” acarrea.
Tras unos cuantos minutos de espera, quizás fuesen unos veinte, apareció.

- ¿Señor Moreno?. Preguntó él.
- Sí, soy yo, he venido lo antes posible. ¿Qué ha ocurrido?. Pregunte ansioso.
- Antes de todo, mi nombre es Gabriel Santiago, soy el sargento de homicidios de esta comisaría. Y en respuesta a su pregunta, aún no lo sabemos pero por lo que parece, tenemos a un asesino desaparecido y a un asesinado en nuestro poder.
- Quiere decir que... ella ha sido asesinad... no puedo creerlo... Susurré casi desmayándome.
-¡No, tranquilo!. Lo que quiero decir, es que... mire, mejor pasamos a mi despacho, y le explico todo lo que sabemos y donde aparece la ayuda que usted nos facilitará. Aplacó él sin sentimiento.

Cruzamos unos cuantos pasillos, lo único que recuerdo, es que las camisas de la gente cada vez se iban haciendo más azules, hasta llegar a un punto donde solo existían camisas azuladas con zapatos negros.

- Tome asiento, creo que lo necesita, señor Moreno. Dijo educadamente.
- Eso haré, pero por favor, no se demore más, y explique porque me han llamado y que le ha ocurrido a Vanesa.
- ¿Se refiere usted a la señorita Uroz?. Pues le explicó, un vecino nos llamó ayer sobre las once de la noche, denunciando que de la casa de enfrente salía un olor nauseabundo. Así pues, mandamos a un joven agente a ver que sucedía. Lo que sucedía, señor Moreno, es que en la casa de su amiguita había un cadáver.
- ¿Co... Cómo dice?. Respondí casi sin palabras.
- Además de este hecho, había sangre por todas partes, en la mayoría, claro está, del fallecido, y en pequeñas dosis y dispersas por determinados rincones de la casa, de la señorita Uroz.

Intente aclararme la voz, pero no podía, le pedí amablemente un vaso de agua. Él mismo me trajo una tila. Tras bebérmela frente a él, ambos en silencio, colocaba en mi mente cada una de las palabras que había pronunciado hace unos segundos.

- Gracias por la tila, sargento, la necesitaba.
- Sigamos, ya que cuanto antes acabemos con esto mucho mejor, ahora que pensaba cogerme unas vacaciones va y aparece como arte de magia este caso... Bueno, supongo que usted ya sabrá quien es la supuesta asesina, y las papeletas que tiene para llevarse el premio gordo, así que dígame, ¿cuándo fue la última vez que la vio?. Dijo directamente y clavando sus ojos, como un sabueso en busca de su presa, en los míos.
- Pues... hace ya varios... ¡espere!. ¿Cómo que supuesta asesina?. Ella jamás haría algo así. ¿Qué pruebas tiene?. Seguro que ninguna, estará dando palos de ciego, lo único que quiere es deshacerse de este problema lo antes posible para irse a la playa. Grité cabreado.
- Está en lo cierto, señor Moreno, está en lo cierto. No tengo pruebas, no tengo pistas, no tengo los resultados forenses y lo que es aún más horrible, no tengo donuts para desayunar. Esbozó una sonrisa y siguió hablando. Mire, sé que usted está afectado, prácticamente en shock, pero lo único que busco es algo que explique lo sucedido, y como en el presente no tengo nada, debo recurrir al pasado, ya he recurrido al pasado de nuestro amigo muerto, pero aún no he recurrido al pasado de la señorita Uroz, ahí es donde usted entra en juego.
- De acuerdo, me calmaré e intentaré explicarle lo mejor que pueda cada uno de los pasos que he dado antes de llegar a este despacho, pero por favor, dígame una cosa, ¿sabe que le ha ocurrido a Vanesa?. Pregunte preocupado.
- Amigo mío, el juego acaba de comenzar, así que no me pregunte quien ha ganado, porque lo único que sé, es que ella ya ha tirado el dado, y ahora me toca a mí.

jueves, 20 de noviembre de 2008

El guerrero samurai

La famosa editorial “Glenat” ha decidido recuperar la edición kanzenban (edición de lujo) original del manga que les salvo de la ruina en 1999, Rurouni Kenshin.

Este manga creado por Nobuhiro Watsuki, cuenta la historia de un espadachín, con demasiados asesinatos a las espaldas conocido como Hitokiri Battosai, que se decide a invertir toda su maestría a partir de ahora a la ayuda y protección de cualquiera que la necesita. Así, se ha ido convirtiendo en un vagabundo sin pena ni gloria, hasta que un día tropieza con un chica llamada Kaoru, que busca a aquel que se hace llamar Battosai y todo lo que ello conlleva. Sin saberlo, Kaoru es ayudada por el verdadero Battosai, ahora conocido como Kenshin Himura, su nombre real. Este es el comienzo de una historia que se sitúa en la era Meiji y que esta llena de amor, aventuras, acción, amistad, y mucha diversión.

Rurouni Kenshin no es el típico manga de samuráis, sino que mezcla con maestría el contexto histórico en el se sitúa y la acción con unos personajes entrañables y buenas dosis de humor, haciendo que la lectura sea mucho más amena.


En cuanto a esta edición integral, decir que esta muy cuidada, con sobrecubiertas que sin duda merecen la pena, respetando las paginas a color del kanzenban japonés, dando aclaraciones sobre todo tipo de hechos históricos, a hojas en gran tamaño y por supuesto con un detalle en el trazado del dibujo de lo más trabajado. Incluso me atrevería a decir que el precio no es demasiado alto, 10€ cada tomo con una periodicidad bimensual, lo que lo hace bastante asequible.

En contra, esto mismo, la salida al mercado de cada tomo será cada dos meses, por lo que siendo en total veintidós tomos, deberíamos esperar al menos tres años y medio para tener la colección completa. Además, también merece la pena destacar a aquellos que tienen la edición “antigua”, ya que estos emplearon tiempo y dinero en crear una colección que ahora viene superada por esta última.




Este manga también tiene su duplica en el contexto de anime, el cual ha conseguido muchísimo éxito en México, Estados Unidos o incluso España. Creado con mucho detalle, siempre con la vista encima del señor Watsuki, y realismo. Empezó a emitirse en 1996 en el canal japonés “Fuji TV”, dos años después de su creación en papel. La serie tiene en total 95 capítulos más dos OVAS y una película.

En resumen, un manga altamente recomendable para todo tipo de gente, ya sea para entendidos en el tema o principiantes. Uno de las mejores manga de los 90.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Mi cantante revelación

Mark Geary es el nombre de este compositor y cantante irlandés, que a la joven edad de 19 años emigro a EEUU, en concreto a New York, para comenzar su etapa como cantante de rock alternativo.
Allí comenzó su carrera componiendo sus propias canciones. Siete años después de su llegada, publicó su primer disco, al que titulo con su propio nombre. No consiguió gran cosa, pero al menos ya estaba reconocido en el mundo de la música oficialmente.
En 2002 sacó al mercado su segundo álbum, “33 1/3 Grand Street” con el hizo algún que otro éxito efímero, como “Adam & Eve” o “South”, del primero incluso pudo sacar un video clip.
Pero cuando realmente alcanzó algo de éxito fue con “Ghost” su tercer disco, este fue alabado por la critica tanto en Estados Unidos como en Irlanda. Algunas de sus canciones como “You're the only girl” y “Ghost” estuvieron durante bastante tiempo sonando en la radio de los norteamericanos.
En abril de este año, saco su disco más veterano “Opium”, en el que destacan canciones como “Cold Little Fire”, “Angel” o su primer single “Tuesday” que podéis ver a continuación.



Personalmente, tuve el placer de escuchar a este cantante en directo durante un viaje a San Francisco. Yo me encontraba en una tienda de discos muy conocida “Virgin”, y había alguien tocando con una simple guitarra y un micrófono. Desde el primer momento me encanto la melodía, e incluso escuchándolo en directo, ya que muchos artitas pierden facultades en este estilo, yo me atrevería a decir, que a él le beneficiaba. Momentos después de terminar con su actuación, hablaba con la gente y parecía de lo más afable y cordial. Así fue como descubrí a este compositor que sin duda se esta haciendo un hueco entre mis más destacados artistas.
Eso sí, advierto a todo aquel que quiera escucharlo, que lo tendrá difícil para encontrar canciones de este irlandés y más aún un disco completo. La fotografía de la derecha fue tomada por mí, en el momento comentado anteriormente.

domingo, 16 de noviembre de 2008

El paraíso, el infierno y tú

Voy en moto a través de un pequeño camino que se ha abierto paso en un gigante prado lleno de flores y hierba. Las ruedas chocan con las minúsculas piedrecillas que se amontonan entre la tierra. El cielo está azul, unas cuantas nubes esponjosas y pequeñas rodean al sol, que brilla con fuerza y plenitud. A los lados unos cuantos árboles jóvenes y fuertes, observan cada uno de mis movimientos al manillar. Varias ardillas desde las ramas de estos, también me miran con interés, pero cuando paso justo a su lado, huyen asustadas. A lo lejos, se ven las montañas, con algún resto de nieve en sus cimas, como el azúcar espolvoreado ligeramente sobre un delicioso bizcocho de chocolate. Todo a mi alrededor es perfecto, ni la mejor droga me proporcionaría esta sensación de bienestar temporal que inunda todo mi cuerpo. Me siendo tranquilo, relajado y a la vez con fuerzas y energía para afrontar cualquier reto. Quizás tenga frente a mi uno, y aún no soy capaz de verlo. Pero no, no existe nada peligroso, nada que me rete, algo a lo que temer. De repente me inunda una sensación de ansiedad y asfixia. ¿Qué demonios es este lugar?. ¿El paraíso?. No hay nada que me amenace ni a mí, ni a cuanto me rodea. No puedo creerlo, pero tengo la necesidad de tener algo que me asuste, algo que me pueda vencer. No aguanto este sentimiento de superioridad y seguridad a la vez. Tengo que deshacerme de él. Pero, ¿cómo?. Aún no lo sé, “todo a su tiempo”, me digo.

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Estoy medio desnudo, hambriento, no paro de andar hacia ninguna parte. No para de llover con una fuerza inusual, toda la tierra es barro, mis pies se hunden a cada paso que doy. No veo ningún árbol a lo lejos, todo es un inmenso desierto de barro. En el cielo no se aprecia nada, excepto los gruñidos de unos pájaros, quizás sean cuervos. Tengo muchísimo frío, mis dientes chocan unos otros sin parar, el sonido que producen se mete en mi cabeza y no para de repetirse una y otra vez. Es un castigo, seguro. Pero,
¿Por qué?. ¿Dónde estoy?. No paro de pensar que estoy en el infierno, pero según tenía entendido, allí el calor es insoportable, lo cierto, es que ahora no me vendría nada mal que estuviera cerca. Pienso en todo lo que he hecho, lo bueno, lo malo... pero lo único que me viene a la cabeza es la imagen de una jugosa tarta de nata y azúcar, cubierta por una ligera capa de chocolate. También pienso en la forma de salir de este lugar, pero... aún no lo sé, necesito tranquilizarme y para ello me digo a mí mismo, “todo a su tiempo”.

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Vas en una bicicleta, el camino es inestable pero no lo suficiente como para hacerte caer al suelo. El tiempo es bueno, aunque parece que se avecina una tormenta dentro de poco, deberías coger algo de ropa extra, puede que tengas frío. Tu casa no está lejos, pero por si no llegaras a tiempo, quizás puedas refugiarte entre algunos de esos viejos árboles con sus grandes hojas o, ¿crees que sería mejor irte a otro sitio por el miedo a la caída de un relámpago?. Es tu decisión. De todas formas, el sitio donde estás no tiene tan mala pinta, tiene sus charcos pero también su tierra firme y sin barro. Además, creo que he visto algún ciervo a lo lejos, seguro que puedes picar algo antes de llegar a casa, una manzana quizás. Lo sé, lo sé, no es una tarta de manzana pero..., “todo tiene su tiempo”.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Vida de una geisha

Que no el comercial “Memorias de una geisha” de Arthur Golden. Este libro, escrito por Mineko Iwasaki (una geiko profesional retirada), relata como fue su vida desde la más tierna infancia hasta los días de retiro en los que con la ayuda de Rande Brown escribió su historia. Nos cuenta como de pequeña fue “vendida” a una rica familia que se dedicaba al negocio del entretenimiento mediante las artes del baile, la cortesía, la ceremonia del té... A partir del primer momento, Mineko va desarrollando los acontecimientos desde hacia atrás a adelante, como fue su tratamiento con la familia, como llegó a ser de su confianza, su adiestramiento, sus lecciones, sus relaciones con clientes y sus compañeras de profesión, sus maridos y su vida en retiro.

Un libro que nos ayuda a aprender muchísimas cosas sobre esta cultura, que hasta no hace mucho, estaba totalmente silenciada y sobre la que se tiene una idea totalmente errónea. Recomendable sobretodo para los que siguen de cerca la cultura japonesa, ya que aparecen muchas definiciones de términos, gran cantidad de tradiciones y movimientos tanto históricos como culturales del último siglo en Japón.
También cabe a destacar, la cantidad de fotos (a color o en blanco y negro)que contiene el libro de cada una de las etapas de la vida de la escritora, que ayuda a sumergirte y a comprender, aún más, paso a paso la historia.
En contra, tiene una narración con un ligero aire de orgullo y prepotencia que no llega a ofender pero si a sorprender al lector. En ciertos pasajes del libro, quizás la lectura se haga algo pesada y dificultosa pero se debe en cierta medida a las diferencias culturales existentes.
En resumen, una versión más correcta y definida de algunos de los otros libros que tratan este tema.

Aquí, una pequeña estrofa del libro.

“Sentí un dolor punzante en el pecho. Estaba a punto de contestarle “¡te mataré!”, pero leí en la mirada de mi madre que debía contenerme y no empeorar las cosas. Me eché a llorar y salí corriendo de la casa. Jamás regresé. No valía la pena cumplir ciertas normas.”

Quemar después de leer

Un analista de la C.I.A. de poca monta, su mujer exigente, el amante de esta, un vividor y varios trabajadores de un gimnasio consiguen armar un lío de lo más absurdo gracias a unas simples hojas de papel guardadas en un CD-ROM. Con estas pautas, los hermanos Coen, vuelven al trabajo desde la cima de Hollywood. Una comedia idiota pero en el buen sentido.



Un monitor de gimnasio se hace con las memorias de un analista de la C.I.A. que ha sido despedido recientemente, e intenta chantajearle junto con la ayuda de su compañera de trabajo, ambos quieren dinero, esta ultima para poder someterse a unas operaciones de cirugía estética. Por otro lado, la mujer del analista tiene un amante este es un vividor y engaña a su mujer e incluso a su amante con otras mujeres. Los caminos de todos estos personajes se iran uniendo a lo largo de la historia, una historia realmente estúpida e irreal, en la que se pone en evidencia la simpleza de los servicios de inteligencia.

Después de todo el glamour, el triunfo y la gloria más absoluta con su película “No es país para viejos” en la que consiguieron nada menos que 4 oscar, mejor película, mejor director, mejor guión adaptado y mejor actor secundario (Javier Bardem), los hermanos Coen (Ethan y Joel) vuelven a la carga con una comedia, esta vez más relajados y apoyándose en sus actores de siempre como por ejemplo, el galán de la tierra de las estrellas, George Clooney. También participan en la película actores consagrados como John Malkovich, Tilda Swinton y Brad Pitt, que necesita mención aparte gracias a su papel, tremendamente divertido e impresionante en las gesticulaciones.

Película bastante recomendable para pasar un rato agradable pero para nada más, eso sí, tiene un par de carcajadas (o más) aseguradas. Aquí debajo el trailer para ir abriendo boca.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Caminos cruzados

Sopla el viento en dirección ninguna parte, la hierba crece hacia abajo y yo, solo en el autobús, miro abstraído a la gente. Cada uno tiene una historia, una vida. Pienso en como sería la mía si yo fuese una de esas personas, quizás estaría preocupado por el dinero, no tendría el suficiente para pagar las facturas, o quizás pensaría sentado cerca de la fuente, como decirle a aquella chica que tanto me gusta, te quiero, o incluso puede que si fuera aquel vagabundo, estaría disfrutando de una de las mejores etapas de mi vida, sin que nadie lo supiese. Pero luego rectifico, y pienso o más bien creo, que tengo una vida bastante aceptable, tengo los problemas de todos, casi siempre centrados en los dos temas más universales, el amor y el dinero, pero yo me pregunto, ¿qué sería de mi vida y de la vida de los demás sin estos temas?. En realidad, no sería nada. Una vida sin emociones, sin sufrimiento... sería algo que tan siquiera se puede destacar.

Miro fijamente las líneas de la carretera, blanco, negro, blanco, negro... una sucesión de colores básicos, que sin embargo parecen tan vivos ante mis ojos que necesito apartarlos de ahí. Al otro extremo, el conductor, tapa sus ojos con unas enormes gafas, en parte para proteger su vista, en parte para ocultar su tristeza. La vida no le puede ir peor, su mujer... le detesta, su hijo... le odia y sus amigos... hace tiempo que dejó de tenerlos. Lo único que le mantiene con vida, es la droga, esa que compra con su nómina del mes, esa que compra a su camello habitual. Ese camello que tiene una vida de lujo, no le falta de nada, el dinero... le cae del cielo, la familia... no sabe nada de su trabajo, el único problema que se le presenta es, él mismo, no se soporta, no puede ver su cara reflejada en el espejo, por eso ha decidido acudir a aquel cirujano que hace milagros. Dicen que es el mejor, él también lo cree, con sus manos ha operado a decenas de personas, sabe que hace feliz a cada una de ellas, a cambio de una suma de dinero alta. Su coche... el más potente, su novia... la más guapa, pero hay algo que no podrá cambiar, los maltratos de su padre cuando era niño. Ese padre que hoy es abuelo, ese que necesita tomar más de una copa de whisky para despejar su mente antes de dormir. Su tiempo de gloria ya ha pasado, ahora solo es un reflejo de lo que fue, una sombra de lo que era. Lo tenía todo y ahora no tiene nada. Pasa a través de la puerta automática del autobús, y se sienta dos asientos delante de mí. Ambos vemos la luna de la misma forma, pero también ambos, le damos un significado diferente.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Melodía melódica a cargo de...

La cantante británica “Corinne Bailey Rae” y su único disco, también llamado igual que ella. Salió al mercado en 2005, usando como bandera el single “"Like A Star", pero no cosecho casi ningún éxito, por lo que se replanteó de nuevo la opción de buscar un single más comercial, así fue como apareció su canción más conocida y con la que consiguió llegar al estrellato, "Put Your Records On". Aquí dejo el video de aquel primer single, casi olvidado.



Este único disco se compone de once canciones, todas siguiendo una línea de jazz, R&B y algo de indie. Un disco muy melódico con canciones que inspiran tranquilidad y serenidad. Claramente enfocado en la voz de la cantante, dando lo mejor de sí misma en cada una de las canciones.

Además de este disco, la nominada a tres premios Grammy, tiene también un CD & DVD llamado “Live in London and New York” en el que podemos ver a la cantante en varios directos en la ciudad londinense y un disco con canciones en directo en el Webster Hall de New York. Claro esta, que con este DVD podemos apreciar, aún más si cabe, la calidez y la autenticidad de su voz, forjada durante años en los coros de una iglesia británica durante su infancia.

Corinne pudo saltar a la fama mucho antes, con el grupo en el que cantaba, “Helen”, pero debido a que una de las componentes abandono el grupo, este se desintegro, dejando a la vocal tiempo para escribir y elaborar su, por ahora, gran trabajo musical.


martes, 11 de noviembre de 2008

Carrera hacia el futuro

Corro, corro y no paro de correr. Veo la luz al final, necesito llegar hasta ella, puede que sea mi salvación. Detrás de mí, a unos cuantos metros noto la presencia de alguien. Es ese alguien que siempre va detrás de ti, observando los pasos y las medidas que tomas a lo largo de las horas, días, meses y años que elaboran tu vida.
Corro a través de una pasillo enorme, esta lleno de tuberías, charcos y humo, parecido a los que salen en “Pesadilla en Elm Street”. No consigo saber cuando vendrá el final. Empiezo a ponerme nervioso, a la vez que cansado. Hago que mi sombra se separe de mí, así quizás pueda ir más rápido. Necesito agua, y de repente aparece una mesa llena de botellas pero todas están vacías.
No puedo creérmelo, veo el final. Se ve una puerta como de instituto, grande, de metal, difícil de saltar, pero afortunadamente esta abierta, se ve la calle, está completamente abarrotada de gente. Todos intentan cortarme el paso, pero no se como me meto dentro de un coche y consigo salir del apuro, eso sí, con un par de moratones.
Hay alguien al volante, pero los rayos de sol me dan totalmente de cara, así que no puedo identificarlo. Le cuento mi situación y sin mediar una palabra arranca el coche. Debe de ser un coche potente, ya que la aceleración de este, hace que todo mi cuerpo choque bruscamente sobre el asiento. Gira bruscamente hacia un lado y otro, pierdo totalmente el equilibrio y no paro de chocarme con cada una de las puertas que se sitúan a mis lados. Aprieta el acelerador y noto como el coche coge una velocidad que yo nunca antes había experimentado.
Es increíble, veo el rostro del conductor, es... soy yo mismo pero con muchos más años, tengo el pelo alborotado, una barba bastante espesa y estoy extremadamente delgado. Mis ojos y sus ojos tienen el mismo color pero los suyos desprenden un brillo totalmente diferente al mío. No para de reír. Ambos sabemos que el choque esta apunto de producirse. Los dos salimos disparados a través de la luna de cristal delantera del coche. Estoy en el suelo, lleno de sangre y de cristal, él sin embargo esta de pie, como si nada hubiese ocurrido. No para de reír. Agacha su cabeza hasta hacerla chocar contra la mía, creo que alguno de mis cristales se ha quedado en su frente. Me mira fijamente, a la vez que ríe y me escupe su saliva a la cara. Me susurra algo al oído, pero no lo escucho, en realidad no escucho nada, creo que me he quedado sordo. Me da un arma, nunca he utilizado ninguna, pero supongo que el mecanismo es apuntar y apretar el gatillo. Primero apunto, él se abre de brazos y espera el disparo. Me tiembla la mano, siempre creí que si tuviese que disparar a alguien no dudaría pero nunca había supuesto que ese alguien sería yo. Disparó. La bala atraviesa su mandíbula hacia arriba, el impacto ha sido mortal. Cae desplomado contra el suelo lleno de cristales y trozos metálicos del coche. No sé que ha ocurrido, bueno.. sí lo sé, tengo un arma en la mano y me acabo de asesinar a mí mismo.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Vol.3

-¡No puedo más!. Gritó con su voz envuelta en llanto.
-Pero, ¿por qué no puedes contármelo?. Quizás entre los dos podamos resolverlo. Intente decirle a modo de calmante.
-Es imposible. Es demasiado tarde. No hay tiempo. Decía ella a modo de conclusión.
-... No hay nada imposible. Me decidí a decir sin mucho entusiasmo.

Su mirada se me clavaba en el fondo del corazón. No podía verla así, y más cuando no podía saber ni entender su problema. Sus lágrimas caían desde sus ojos hasta sus labios. Ella no era de esas personas que cuando lloran secan sus lágrimas al instante. El amplio salón de mi casa parecía insignificante, creo que el sentimiento me empezaba a inundar, además del corazón, la cabeza. Me acerque y la abracé con todas mis fuerzas, quería protegerla. Ella me besó y después se fue. Yo aún no sabía que aquella sería la última vez que la vería.

Un día antes de todo aquello, ambos disfrutamos de lo que se puede definir como una cita básica.
Ella pasaba las mañanas en un colegio, era maestra y disfrutaba con su trabajo tanto como aquel niño que desea desde pequeñito ser futbolista y ve que un día su sueño se hace realidad. Gracias a este trabajo, ella podía disfrutar de la tarde e incluso del comienzo de la noche. Yo, por mi parte, no encontraba trabajo. Estudié Psicología durante cinco años de mi vida, pero ya apenas recordaba nada de lo que había estudiado. Los años pasaron, para mí, rápidamente y entre unos trabajos u otros, entre unos descansos y otros, al final nunca pude disfrutar, como hacía ella, de lo que a mí realmente me gustaba.
No pudimos almorzar juntos, porque ella debía quedarse un par de horas más en el colegio, así que decidimos que lo mejor sería quedar más tarde e improvisar algo.

Estaba sentado en el banco del parque, iba vestido como casi siempre, unos vaqueros, una camiseta cómoda y algo que ponerme encima, en aquel día, una cazadora marrón.
Un grupo de niños jugaba con un balón, otros usaban los columpios, otros corrían para allí y para acá sin ningún sentido... Un anciano caminaba placidamente sobre el estrecho camino de asfalto y le seguía un perro, que a juzgar por su trote llevaba un buen rato dando vueltas. A lo lejos se veía ella, caminaba tranquila y sonriente. No podía creer que aquella mujer había quedado conmigo. Levante la mano para que me viera, me reconoció al instante y se acerco a paso ligero.

-¿Qué tal?. ¿Cómo fue el día?. Pregunte.
-¡Genial!. Hoy han estado todos muy tranquilos y lo cierto, es que se han portado fenomenal, y además hace un día espléndido. Y tú, ¿qué hiciste?. Me preguntó, tras responder.
-Pues... no gran cosa. Supongo que lo normal. Dije sin ánimo.
-Es decir, nada de nada. Comentó ella tras mirarme y soltar una carcajada.
-Pues sí, efectivamente. Nada de nada. Comente dándole la razón.
-A ver.. cambiando de tema, tú que eres un experto improvisando, ¿qué hacemos?. Preguntó.
-Déjame que piense... no sé... Decía yo moviendo la cabeza y dudando.
-Vale. Eso es que hacemos lo de siempre, ¿no?. Dijo ella.
-Eh.. sí. Lo de siempre. Dije sin complicarme demasiado.

Lo de siempre era lo que yo conocía como una cita básica, quedas en un sitio público, ya sea parque o plaza, vas al cine, después cenas algo en cualquier sitio que parezca cómodo y tranquilo para poder charlar y por último vuelves a casa.
El primer paso ya estaba hecho, así que fuimos a realizar el segundo. Fuimos al cine, no había gran cosa, pero pudimos escoger algo decentemente bueno. A mí, me apasionaba el cine, en mis tiempos de universitario me pasaba horas y horas en el cine, a oscuras y disfrutando de las imágenes y diálogos que hacían que mi mente se evadiese de la realidad. A ella simplemente le gustaba, lo anotaba como uno de sus pasatiempos pero sin llegar a ser en extremo una afición.
La cena fue realmente extraordinaria, o al menos a ambos nos lo pareció así. Fue bastante sabrosa y ligera, a ninguno nos gustaba llenarnos el estómago antes de dormir, incluso el precio me parecía bajo, tras ver la cuenta depositada en una mini bandeja de plata que nos trajo el camarero.
Llegaba la hora de volver a casa, ella casi siempre después de salir venía a mi casa y pasábamos la noche juntos. Aquella vez no fue una excepción. Hicimos el amor apasionadamente, después de tomar una copa. Yo no solía beber, pero de vez en cuando rompía esa regla no escrita. Recuerdo como nos besábamos, sus labios eran gruesos sin llegar a ser grotescos, muy sensuales. Su cabello era suave, al igual que el tacto de su piel. Ambos nos deseábamos y a la vez nos amábamos, nunca había encontrado una mujer que cumpliese esos dos factores, supongo que por eso, era la mujer de vida.
Ella dormía, una fina luz entraba por la ventana, entre las cortinas. Veía la silueta de su espalda desnuda, sus ojos cerrados y su cálida mano apoyada sobre mi pecho. Ese fue sin duda el mejor momento de aquel último día.

sábado, 8 de noviembre de 2008

¡Soy el rey del mundo!

Barack Hussein Obama Jr. ha sido elegido por el pueblo de los Estados Unidos como el nuevo líder mundial, el primer afro americano que pisara la Casablanca como presidente.

Este honoluluense nacido en 1961 consiguió vencer en las elecciones al candidato republicano John McCain con una diferencia más que considerable y tras varios meses de duros mítines, promesas, declaraciones de intención y muchísima, muchísima publicidad. Ya sea por los periódicos, la radio, la televisión o uniendo personajes famosos como Will.I.Am (el principal componente de Black Eyed Peas), Harold Perrineau Jr. (uno de los personajes de la famosa serie de “Perdidos”), Kareem Abdul Jabbar (mítico ex-jugador de los Lakers), la cantante Aisha, Kate Walsh (actriz de Anatomía de Grey), Nicole Scherzinger también nacida en Honolulu (cantante de Pussycat Dolls), Scarlett Johansson (actriz y cantante), entre muchos otros... con un video musical basado en un discurso del demócrata. Aquí podéis echarle un vistazo al video titulado "Yes we can".



“Necesitamos un cambio” decía el senador de Illinois, pues el cambio ahora tendrá que producirse. Las promesas de acabar con la guerra de Irak, eliminar, en parte, el dominio del petróleo mediante otras fuentes de energía y dar asistencia sanitaria a todo el mundo que lo necesite, serán sus mayores retos al frente del cargo presidencial, y claro está, por no hablar de la crisis económica, no solo norteamericana sino mundial, que le ayudo a derrotar a su rival por la presidencia.A parte de todos estos factores, el licenciado en la escuela de derecho de Harvard tendrá que soportar la batuta de ser el hombre más poderoso del mundo, mediar con la prensa, que tanto le adora en estos momentos y forjar la imagen de decisión y cambio hacia lo positivo, que se ha ido labrando a lo largo de su carrera. Pero... ¿cuál ha sido nuestro beneficio en todo este espectáculo político? ¿Qué hemos aprendido después de contemplar durante tantos días los avances, las historias y los comportamientos de estos dos candidatos a coronar la cima del mundo?.

La batalla ha llegado a su final, el vencedor ha sido Obama, el derrotado McCain. Todos amamos a Obama, todo el mundo se manifiesta a su favor, todos los medios alaban la labor del primer candidato afro americano del partido demócrata pero... ¿qué opinarían las personas encarceladas en Guantánamo de este cambio?. Y los civiles de Irak, ¿también saldrán a la calle a festejar la victoria?. A lo que me refiero con estas palabras es que es, a partir de ahora, cuando se vera el verdadero trabajo del nuevo presidente. Aun queda un largo camino para ver el desarrollo de los acontecimientos, como vino a decir el gran escritor español Juan José Millas, Obama es el consolador que todos necesitábamos, pero el orgasmo no dura eternamente. El tiempo dirá si este hombre se convierte en leyenda o solo en el presidente numero 44 de la historia de los Estados Unidos.

viernes, 7 de noviembre de 2008

El verano de Kikujiro

Takeshi Kitano, el mejor director japonés de nuestro tiempo, creo en 1998 una obra llena de ternura y comicidad, “El verano de Kikujiro”.

Llega el verano, todos tus amigos se van de la ciudad, se escapan a la playa, te quedas solo con tu abuela, los días pasan uno tras otro... De repente encuentras una fotografía de tu madre, a la que apenas recuerdas. ¿Dónde estará?. ¿Qué hará?. ¿Te recordará?. Decides ir a buscarla, pero tan solo tienes 9 años... La abuela ha podido encontrar a alguien que te ayude pero... ¿realmente lo hará?.
El señor no tiene pinta de ser muy amable y efectivamente, no lo es. Gasta tu dinero en apuestas e incluso ¡te hace apostar!. Bueno, no tenéis dinero pero el señor tiene mucha imaginación y demasiada “cara dura”, también tiene un tatuaje en la espalda muuuy grande, no sabes lo que significa pero parece que tiene vida. Quizás podais encontrar a tu madre.Vivís muchas aventuras llenas de humor y ternura, también conoceís a gente bastante... como decirlo.. graciosa.
A pesar de todo no parece que haya empezado mal el verano.. sobretodo para Kikujiro.



Cargada de emoción, de poesía e ironía, esta cinta de 121 minutos de duración, hace que te sientas uno mas del grupo, su complicidad se convierte en la tuya, sus gestos se unen con los tuyos, te dejan jugar con ellos y tu disfrutas haciéndolo.

La música del genial compositor japonés Joe Hisaishi, creador de la BSO de “El viaje de Chihiro”, te traslada a un mundo mágico, donde cada truco, cada mueca se torna de una belleza inimaginable.

Una de las mejores obras del creador de “Humor Amarillo” y director y guionista de esta obra, la cual fue galardonada con el premio del festival de Valladolid.

Por si queréis echarle un ojo, el trailer.


jueves, 6 de noviembre de 2008

Parpadea

Estoy en una habitación pequeña con las paredes llenas de papel pintado de color marrón y con unos extraños círculos que a medida que los miro se hacen más pequeños. Me encuentro sentado en un amplio sillón de cuero frente a un camaleón. Ninguno se mueve. Ambos movemos los ojos instintivamente. No sé quien tiene mas hambre de los dos, pero esa mosca parece apetitosa. Mi larga lengua desenfunda más rápido que la del viejo camaleón, como si de una película de Sergio Leone se tratase. No sabe mal. Mis dientes dan cuenta de ella, noto como todos sus órganos se desparraman sobre mi boca, a pesar de las sensaciones, repetiría.

Parpadeo.

Voy tan rápido que ni siquiera puedo abrir los ojos y cuando lo hago estos me lloran y se irritan hasta que los vuelvo a cerrar. Siento como mi estomago se agita, el corazón me late mucho mas deprisa de lo que debiera y noto como mi corta melena se mueve de arriba abajo con gran ligereza. Una montaña rusa, pienso. Noto como la aceleración disminuye hasta ser completamente nula, ahora puedo abrir los ojos. Estoy completamente solo en un parque de atracciones, solamente me acompaña una chica que me mira con cara sonriente, tiene el pelo largo, le llega casi a las rodillas, pero parece que lo tiene bien cuidado. Tiene una cara sencillamente bella. Se me acerca sigilosamente, como intentando no hacer ruido, apoya su brazo sobre mi hombro y me susurra al oído.
- No parpadees.

Parpadeo.

Estoy en medio de una inmensa oscuridad, abro y cierro los ojos para comprobar que no es culpa de mi vista, no consigo saberlo. Camino sin ver absolutamente nada. Oigo algo en la lejanía, parece como una barca, se oye remar. Quizás. Mis zapatos y la parte baja de mis vaqueros están mojados, los toco, es demasiado denso para ser agua. De repente un olor nauseabundo inunda mi olfato, las ganas de vomitar se hacen insoportables. Vomito. Me noto mas aliviado, pero no puedo aguantar de pie, necesito sentarme. Las piernas no responden, caigo desplomado contra el suelo encharcado en ese denso liquido. Antes de perder el conocimiento lo veo a lo lejos...

Parpadeo.

Me veo a mí mismo. No tengo buen aspecto, peor que el de costumbre. Camino sobre un puente. Parece firme. A los lados tienes clavos colocados de forma que si sitúas las manos sobre ellos terminas clavándotelos. Veo como mi mano se clava varios de ellos pero no parece importarme, sigo caminando como si nada. Al otro lado del puente, esta la chica de la montaña rusa, esta sentada sobre el sillón de cuero, no para de reír. Su cara se ha vuelto malévola, y sobre su mano izquierda sostiene algo que no consigo identificar. Empiezo a ver que el puente parece cada vez más débil, quizás sea semejante al típico puente de madera colgado entre un gran acantilado y sostenido con unas cuerdas de dudosa fiabilidad. La chica se levanta del sillón. Es un cuchillo lo que sostiene, se acerca a la cuerda para cortarla. Pasa el cuchillo suavemente sobre la cuerda, no creo que el puente resista mucho.

Parpadeo.

lunes, 3 de noviembre de 2008

El adiós

Le deje sin mirar atrás. Era tan difícil que lo único que pude hacer fue seguir caminando, acelerando la marcha y pensando en el autobús que se aproximaba. Compre mi billete, el billete que haría que nos separasen para siempre. Me senté en unos de los últimos sitios como hacia siempre, solo que esta vez había un motivo, no mirar a través de la ventana hacia ella. Los recuerdos me invadían por todos lados, me sentía extrañamente conmovido, un sentimiento de felicidad y pena abarcaban mi mente.

Siempre la misma melodía, siempre la misma escena.

Afuera, el mundo seguía su ritmo, era de noche, la luna tintaba de blanco la negrura de la oscuridad, y las farolas añadían ese toque dorado y añejo a las calles. Norah Jones no paraba de sonar a través de mi mp3, parada tras parada, pensaba en los momentos vividos, intentando buscar un hueco en mi memoria, para así no poder olvidarlos nunca.

Fuera del autobús, no pude evitar volver la mirada atrás, allí donde deje mi ultimo recuerdo, pero no veo nada, la distancia es demasiado amplia para poder recuperarla. Caminando entre la gente, me pasa como a Harry Nilson en su canción "Everybody's Talking" y no puedo evitar esbozar una pequeña sonrisa al recordarlo. Ya veo mi próximo destino, este me dejara en "casa", solo me queda esperar.

Paso los minutos sentado en un banco junto a una persona, ambos nos hacemos compañía sin dirigirnos ni siquiera una mirada. Lo veo a lo lejos, se acerca con una velocidad que tan ni siquiera esperaba. Me levanto y espero pacientemente el momento.

Me lanzo a las vías, la colisión ha sido inevitable.
Siempre me pregunté como seria el momento justo
anterior y posterior a mi muerte.

Ahora lo sé.