miércoles, 24 de septiembre de 2008

Venganza

Las trazas de la carrera pasan tan rápido ante mis ojos que parecen que se mueven, pero en realidad es el autobús que sin mediar con nadie y a las ordenes del piloto, avanza hacia su destino. Llevo una hora dentro de él, no me incomoda para nada, es mas, me siento cómodo. Todo el mundo descansa, unos leen otros duermen, intentan que el trayecto sea lo más corto posible.
Dos chicos que se sitúan detrás mía, no paran de llamar por teléfono y gastar bromas a familiares, amigos o incluso desconocidos. Algunas son graciosas, otras bastantes pesadas y desagradables. Pienso en convertirme en "héroe" y espero el momento oportuno, "un desliz, un despiste y eres mio", pensaba mientras pasaban los minutos. Llega el momento, uno de los chicos (el que hablaba en las bromas), dice su número telefónico en voz alta, lo apunto rápidamente, solo es cuestión de días que pique el anzuelo.

Es el día, el plan ya fraguado y completamente ordenado se presenta en mi mente como un cuadro de Velázquez, fino y delicado. Todo esta impreso al detalle, creo que no se me escapa nada. Sujeto el teléfono, lo configuro en número oculto y marco lentamente las teclas, cada una de ellas sabe a venganza.

- ¿Quién es?
-Hola, mi nombre es José Martín Delgado. Le hablo en nombre de la Universidad, le llamaba para ver si me confirmaría su asistencia a la convocatoria que se realizará el próximo día 24 en la Plaza Nueva, con motivo de la propuesta estudiantil de batir el record mundial de concentración de personas con pijama, en protesta por la subida de precios de los alojamientos, haciendo entender que todos dormiremos en la calle como esto siga así.
- Jajajaja, ¿me estás vacilando?
- En absoluto, aquí tengo un documento firmado por usted, en el que dice que se le informe de toda actividad universitaria que ayude a mejorar el status estudiantil. La entrego junto con su matrícula, ¿no es cierto?.
- Eh... sí, así es, pero... ¿No me esta tomando el pelo?
- Mire, aquí mismo tengo un documento en el que lo explica todo detalladamente, solo necesito su confirmación para llevar unos datos previos a la medición de personas que acudirán al acto. Si quiere puedo mandarle el documento y luego usted me confirma su asistencia.
- Sí, mucho mejor.
- ¿Me confirma su dirección?, por favor.
- Claro, mi dirección es ...
- Gracias. En cuanto lo decida, por favor, mande un correo electrónico al ágora de su facultad para confirmar su asistencia.
- De acuerdo, eso haré. Adiós.
- Buenos días.

No salgo muy convencido de que haya colado, se mostraba muy reacio. De todas formas, paso a la segunda fase de la venganza. Falsificar un documento es realmente fácil si uno se lo propone, un escudo por aquí, unas letras escritas con el ordenador y una firma totalmente ilegible.



Llega el día, no se si acudirá, tengo su cara grabada lo reconocería fácilmente. Me subo en el autobús, se pone en marcha.. todas las cartas están sobre la mesa. Estoy en la calle, veo la plaza, hago que mi mente ralentice el tiempo, me fijo en todo, en todos... No puedo creerlo, no solo está él sino que el chico que le acompañaba en las bromas. Los dos en pijama, por cierto... muy bonitos.

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